jueves, 26 de junio de 2014

Evitar los fallos más extendidos te situará en una posición ventajosa ante cualquier cliente o jefe que sea cuidadoso con el lenguaje (aunque esta cualidad pase desapercibida para otras muchas personas). ¡Puntúa del 1 al 10 el nivel de corrección de tus textos!

POR ISABEL GARZO ( @ISABELGARZO )
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etrás de las faltas que casi todo el mundo reconoce (la ausencia de una hache, una be escrita en lugar de una uve…) hay otras que han sabido ser más «inteligentes», porque se han posicionado en los textos de personas que ocupan puestos de responsabilidad y son aceptadas por emisores y receptores parapetadas tras los peligrosísimos «¡total, si se entiende…!»

Cada día vemos decenas de correos electrónicos enviados por personas con buenos sueldos que son para llevarse las manos a la cabeza. En un mundo ideal, nadie que escribiera así podría acceder a un buen cargo relacionado con comunicación.
¿Y por qué se dan esos casos en el mundo real? Quizá porque las personas que realizaron la selección no son cuidadosas con el lenguaje, por lo que no valoran esa cualidad en otros candidatos. El resultado de esto es que muchas empresas generan cada día decenas de comunicaciones escritas de manera pésima que dan muy mala imagen de esas compañías, aunque solo se la den a los contados lectores que valoran, si no la excelencia, sí un mínimo de corrección en la escritura.
Aquí van unos pocos (solo unos pocos) de esos fallos de redacción que, sorprendentemente, han conseguido esquivar la barrera de la desaprobación popular. Puedes utilizarlos de pequeño «test» para puntuar del 1 al 10 la corrección de tus escritos.
1. ¿Concuerdas bien tus verbos con tus sujetos?
Es uno de los fallos más frecuentes. Muchos redactores tienen una especie de «pérdida de memoria a corto plazo» (al igual que Dory, el pez que acompaña a Nemo en la película de Disney): olvidan el sujeto que acaban de escribir. Muchas de estas faltas se solucionarían con un repaso final, ya que son fallos muy sencillos de detectar por un lector medianamente atento.
Se han estado preparando suficiente material.*
¿Cuáles os parece más interesantes?*
El partido y la prórroga tuvo poco fútbol.*
2. ¿Cometes queísmo?
Repito este tema de vez en cuando a ver si erradicamos entre todos expresiones como «me acuerdo que»*«te informamos que»* o «se arrepintió que»*, que son incorrectas. Como explicábamos aquí, en esos casos es imprescindible escribir la preposición «de»: Nos alegramos de que os hayan gustado los artículos.
3. ¿Escribes bien todas las comas?
Colocar bien las comas es un arte. Aunque no seas un virtuoso en el uso de la puntuación, si quieres que tus textos tengan una calidad mínima debes evitar los usos incorrectos más extendidos (por ejemplo, la prohibidísima coma detrás de un sujeto) y aprenderte bien los usos obligados que darán caché a tu texto por la simple comparación con los de cientos de personas que no los conocen (uno de estos usos obligados es el de la coma que separa los vocativos). Es incorrecto escribir «Hola Rubén»* «El documento que me pediste, ya está casi finalizado»*.Las formas correctas son «Hola, Rubén» «El documento que me pediste ya está casi finalizado». También hay personas que ponen comas casi tras cada palabra de una oración, pero no puedo determinar el motivo. Es algo así: «En nuestro país, las madres, tienen una baja laboral, de cuatro meses por maternidad»*.
4. ¿Usas adecuadamente los signos de interrogación y exclamación?
Recuerda enmarcar con ellos solo las partes de la frase que sean, en efecto, interrogativas o exclamativas. Es inexacto decir «¿Ya hemos recibido el diseño final, lo enviamos al presidente?»* cuando solo se quiere consultar la segunda parte. En su lugar, deberíamos escribir: «Ya hemos recibido el diseño final, ¿lo enviamos al presidente?» Y, por supuesto, hay que escribir siempre signo de apertura y de cierre (¡y solo uno de cada tipo!).
5. ¿Escribes mal en el ámbito privado y «bien» en el laboral?
¿Cuántas veces has oído aquello de «en el WhatsApp no pongo tildes para ahorrar tiempo, pero cuando escribo un documento de trabajo sí las pongo»? ¿Es eso real en todos los casos? A menudo, las personas se acostumbran a poner las palabras sin tilde y después omiten una, «sin querer», en el ámbito laboral. Como somos animales de costumbres, siempre que sea posible, es mejor acostumbrar a nuestras manos a escribir adecuadamente. Cuando la forma correcta de las palabras está automatizada en nuestra cabeza, en realidad empleamos más tiempo en pensar cómo escribirlas de forma incorrecta.
6. ¿Pones solo tres puntos suspensivos?
¿Te parece que poner muchos puntos suspensivos añade tensión o intriga a tu frase? Olvídalo. Esos efectos hay que conseguirlos con la redacción. Los puntos suspensivos son solo tres, y poner más transmite nerviosismo, descuido e imperfección.
7. ¿Escribes imperativos?
Ya sabes, los imperativos terminan en de«Id, comed, cantad». Es incorrecto sustituirlos por infinitivos: «Vosotros ir en taxi, ya iré yo andando»* «Cantar más fuerte, por favor, que así no se os oye»*.
Otro fallo común relacionado con conjugaciones verbales es el que consiste en terminar con ese la segunda persona del pretérito perfecto simple de algunos verbos: «¿Vistes el partido?»* o «¿Comistes con Eva?»* en lugar de las correctas«¿Viste el partido?» «¿Comiste con Eva?»
8. ¿Omites partes imprescindibles de las frases?
Hace poco leí en un cartel publicitario: «La salud de su boca y los suyos es lo primero»*. Escrito así, parece que la palabra «suyos» hace referencia a la boca (su boca y los familiares de esta). Para que los familiares sean los del cliente, hay que escribir la frase así: «La salud de su boca y la de los suyos es lo primero».
«Recuerda que es el cumpleaños de tu sobrina y abuela»* es otro ejemplo de esto: puesto así, parece que se trata de la misma persona. Hay que repetir parte de la estructura para que la frase signifique lo que queremos: «Recuerda que es el cumpleaños de tu sobrina y el de tu abuela».
9. ¿Pones grados a adjetivos que no tienen grado?
Decir «el más óptimo»* es un error semántico. Puedes decir «el mejor» o «el más adecuado», pero óptimo es un adjetivo que no admite grado superlativo, al igual que otros como idóneo o ilegítimo. Tampoco es correcto decir «muy otro»*. No hay grados dentro de «otro».
10. ¿Usas las comillas con la intención de destacar una parte del texto?
Las comillas expresan ironía o un sentido figurado, entre otros usos. El error de utilizarlas para resaltar un texto provoca significados bastante cómicos. De ahí que exista este blog que se dedica a recopilar carteles con comillas mal utilizadas. Decir que la carne de tus hamburguesas es de «primerísima» calidad sugiere que está muy lejos de serlo.
Por supuesto, hay muchos otros asuntos graves que debemos evitar al escribir nuestros textos. Pero si prestas atención a estos diez, ya habrás eliminado muchos de los errores más comunes. ¡Enhorabuena!

              

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